Ansiedad

por Dr. José Antonio García Higuera

La ansiedad es una emoción que nos prepara para luchar o para huir. En esta página se expone con detalle qué es una emoción, cuando una emoción se puede volver un problema, como se trata cuando esto ocurre con la ansiedad y finalmente se explica la aplicación de la terapia de aceptación y compromiso al tratamiento de los problemas de ansiedad.
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La ansiedad es una emoción que nos prepara para luchar o huir

Las emociones

La emoción es una reacción automática que nos prepara para enfrentarnos a la situación en la que estamos. Desde este punto de vista responde al condicionamiento clásico. En el hombre entra inmediatamente en funcionamiento el pensamiento que las matiza y modela.

Teoría de los dos factores de la emoción: la excitación y la evaluación

Schachter y Singer administraron a un grupo de individuos adrenalina, que produce una activación autonómica, aumento del ritmo cardíaco y de la tensión arterial. Después colocaban cada sujeto del experimento en uno de dos ambientes diferentes. En uno de ellos había personas preparadas simulaban alegría exagerada y en el otro fingían un gran enfado. Además, a la mitad de los sujetos del experimento se les informaba de que se les había puesto una sustancia que les causaría los efectos fisiológicos que son de esperar de una inyección de adrenalina, a la otra mitad no se les dio ninguna información. Los individuos que habían sido informados de los posibles efectos de la inyección no indicaron estar particularmente contentos o enfadados y lo demostraron con su comportamiento.

Según la interpretación de los experimentadores, atribuían su activación fisiológica a los efectos de la sustancia, mientras los individuos que no sabían nada sobre los efectos de ésta, notaron su activación, intentaron encontrar una explicación y concluyeron que debería estar causada por una emoción. Al buscar una emoción “disponible”, encontraron en la conducta de los que estaban a su lado la explicación y ajustaron su conducta y su emoción a ello. La siguiente imagen muestra un resumen de este experimento:

Explicación del experimento de Schachter y Singer

Aunque investigadores posteriores no han apoyado por completo la teoría de Schachter y Singer, sí han confirmado algunos aspectos. Por ejemplo, parece seguro que el incremento de la activación (que puede producir la inyección de una sustancia como la adrenalina, el ejercicio físico o hallarse en una situación que produce miedo) puede intensificar una emoción que ya existe (Reisenzein, 1983).

Apoyo experimental a esta teoría

Se ha encontrado considerable apoyo a las conclusiones de Schachter y Singer sobre el aumento de las reacciones emocionales cuando se experimentan aumentos en la activación que no se pueden atribuir a ninguna otra fuente.

Un experimento que puede resultar clarificador es el siguiente: una atractiva experimentadora se sitúa en el extremo de un puente de piedra. Un grupo de varones cruza el puente y la experimentadora les hace una entrevista. Se evalúa lo atractiva que ha resultado la experimentadora a los sujetos del grupo. Otro grupo equivalente de varones cruza un puente colgante, con apariencia de mayor peligro, con lo que su excitación de los sujetos al llegar al otro extremo y hacer la entrevista con la experimentadora es mucho mayor. La evaluación del atractivo de la experimentadora es significativamente mayor en este caso. La explicación reside en que la excitación que han sentido los sujetos al pasar por el puente colgante ha sido interpretada por ellos como producida por las características de la experimentadora y no por el peligro que han sentido atravesando el puente.

En cambio, la investigación posterior no ha apoyado su conclusión de una disminución de los niveles de activación conduzca automáticamente a una reducción de la intensidad emocional (Reisenzein, 1983). En otras palabras, la activación puede aumentar la intensidad de la emoción, pero no la causa necesariamente.

Propiedades de las emociones:

De las teorías de la emoción se puede deducir que:

  1. Responden a la ley del condicionamiento clásico (Perros de Paulov).
  2. La excitación y las evaluaciones que elicitan son inconscientes (automáticas) y, de ahí, la clásica discusión de si se pueden dar emociones sin cognición o no.
  3. Las reacciones corporales son más lentas que los cambios del contexto, luego persisten más allá de la situación.
  4. La misma excitación puede dar lugar a emociones diferentes: el amor y el odio están muy cercanos.

El miedo y la ansiedad

El miedo es una respuesta automática de nuestro cuerpo para prepararnos para la lucha o para la huida ante una amenaza o un peligro.

Cuando tenemos que huir de algo que nos amenaza o luchar contra algo que nos ataca, necesitamos respuestas potentes e inmediatas. Es entonces cuando el miedo nos ayuda, surge como respuesta automática para prepararnos a la acción; nos dispone para una huida rápida y efectiva; la ira nos prepara para el ataque demoledor.

Se distingue entre miedo y ansiedad. El miedo surge como una reacción automática ante una amenaza o peligro y la ansiedad aparece inmediatamente después cuando entra en funcionamiento nuestro pensamiento. El miedo responde al condicionamiento clásico y es inmediato. En la ansiedad interviene el pensamiento que nos prepara para lo que va a ocurrir en el futuro.

Ansiedad sana y patológica

Cuando la ansiedad nos ayuda a enfrentar y resolver problemas reales y concretos, la ansiedad es una emoción sana. Podemos decir que se produce un trastorno de ansiedad cuando la reacción que tenemos no tiene una función eficaz, es decir, no nos ayuda a evitar o huir del estímulo aversivo que la ha provocado o realmente no nos interesaría huir de él.
Se consideran procesos cognitivos fundamentales en los trastornos de ansiedad la preocupación patológica y la aprensión ansiosa.

La preocupación patológica

La preocupación patológica consiste en predicciones catastróficas de sucesos futuros con baja probabilidad y  la elaboración de planes para evitarlos. Pero de forma poco eficiente, con sesgo en la elección de la información que sobreestima la probabilidad del riesgo.

La preocupación salta de un miedo a otro y puede llevar a la metapreocupación, es decir, preocupación por estar preocupado. Está asociada a la creencia de que la preocupación es incontrolable y puede volver loco al que la sufre y/o que sentirse tanto tiempo mal puede llevar a caer enfermo.

La aprensión ansiosa es parecida. La define Barlow (2002) como: “Estado de ánimo orientado al futuro en el que el individuo se prepara para afrontar eventos negativos que se aproximan. Este estado está asociado con elevado afecto negativo, sobreexcitación crónica, una sensación de impredictibilidad y incontrolabilidad y un foco atencional hacia signos  de amenaza o peligro.”

Los trastornos de ansiedad como trastornos de evitación experiencial

La terapia de aceptación y compromiso plantea que el trastorno de ansiedad es un trastorno de evitación experiencial. Surge cuando nos centramos en eliminar la ansiedad que sentimos, en lugar de actuar sobre aquello que nos la causa. Se basa en un silogismo falso:

  1. El sufrimiento tiene una causa.
  2. Los pensamientos y sentimientos son causas (los pensamientos y sentimientos acompañan al sufrimiento e incluso lo preceden; pero no son necesariamente la causa).
  3. Para acabar con el sufrimiento hay que controlar las causas.
  4. Luego hay que controlar los pensamientos y sentimientos para acabar con el sufrimiento. (El intento de controlar los pensamientos y sentimientos negativos fracasará tarde o temprano)

Al centra la vida en controlar la ansiedad evitando sentirla dejaremos de hacer lo que realmente deseamos. En consecuencia, sufrimos por los fracasos en controlar la ansiedad, que son muchos y frecuentes, y además no por no realizar las cosas importantes que queremos.

Se ha comprobado que la mayor ansiedad se da cuando se produce la respuesta de evitación. Como la ansiedad es una respuesta para huir o luchar la respuesta fisiológica se incrementa cuando se está huyendo o luchando. No es el peligro que supone el estímulo aversivo, sino la respuesta que se da a él la que determina la intensidad de la ansiedad que se genera.

Procesos básicos en los trastornos de ansiedad

El impacto de la ansiedad en los procesos básicos que postula la terapia de aceptación y compromiso es la siguiente:

1.- Acción comprometida

En el proceso de comprometernos con nuestros valores (Acción comprometida) la presencia del estímulo aversivo suprime todas las respuestas que no van dirigidas a evitar o huir de él y por tanto hace que no hagamos la acción que nos llevaría a conseguir nuestros objetivos y en su lugar demos la conducta de evitación del estímulo aversivo. La exposición en la imaginación, que es un ejercicio clave para superar los trastornos de ansiedad va dirigido a invertir este proceso.

2.- Vivir el presente

Se restringe nuestra atención, centrándola en el estímulo aversivo y retirándola del resto de los estímulos que haya en el contexto. En consecuencia, perderemos ocasiones para poder conseguir lo que nos interesa.

3.-Aceptación

Se produce una emoción que prepara el cuerpo para evitar el estímulo aversivo. Si no queremos huir de él, hemos de realizar un proceso de aceptación.

4.+- Valores

En el proceso de evaluación, básico para definir nuestros Valores, lleva a valorar el estímulo aversivo negativamente. Si necesitamos exponernos a ese estímulo cuando seguimos el camino hacia nuestros valores, puede llevarnos a redefinirlos o a abandonarlos.

5.-Defusión con el pensamiento

Pensar en el estímulo aversivo produce la misma reacción fisiológica que la presencia del estímulo real. Para conseguir la flexibilidad psicológica es preciso hacer un proceso de “Defusion” de ese pensamiento, identificándolo como un pensamiento y no como una realidad a seguir de forma incuestionable.

En el proceso de toma de perspectiva, fundamental para la definición de nuestro YO, hace que tendamos a ver el estímulo aversivo como un elemento situado allí y entonces, más que aquí y ahora, es decir, lo consideramos fuera de nuestro yo. Además, evaluamos nuestra capacidad de reacción como elemento esencial de nuestro concepto de nosotros mismos, considerando nuestra capacidad de afrontamiento como uno de los rasgos más importantes que nos define. Por eso tiene una gran importancia la consideración de si somos o no capaces de enfrentarnos a  lo que tememos.

Análisis del trastorno de ansiedad

Para analizar el trastorno hay que tener en cuenta de qué se huye y qué conductas de evitación se dan. Para ello hay que hacer un análisis funcional adecuado para cada paciente. Con objeto de guiar ese análisis tenemos que considerar la topografía más frecuente de la respuesta de ansiedad y las conductas de evitación más corrientes.

En el análisis funcional que es preciso para intervenir terapéuticamente en los trastornos de ansiedad, es necesario considerar las situaciones en las que se dispara el trastorno y también las respuestas concretas y detalladas que aparecen en nuestro cuerpo. En consecuencia, es necesario considerar las respuestas fisiológicas, por ejemplo, tensión, hiperventilación, mareos, etc. Como trastorno de evitación experiencial, hay que estudiar también cómo la persona reacciona a las respuestas fisiológicas y cognitivas.

Veamos un ejemplo claro: en la agorafobia, fobia social, etc. el miedo surge cuando, en determinadas situaciones, como espacios abiertos o riesgo de evaluación y rechazo de los demás, se dan sensaciones corporales específicas que determinan el comportamiento del individuo en la situación. Por ejemplo, en la agorafobia la evitación se da cuando surge mareo o palpitaciones en espacios abiertos. Otro ejemplo, en una fobia social pueden darse las evitaciones cuando aparece rubor en una interacción social.

Por ello, hay que considerar la aproximación terapéutica de separar los dos elementos para el tratamiento: por una parte la exposición a las sensaciones corporales para que pueda aprender a aceptarlas cuando aparezcan en las situaciones peligrosas. Por otra parte, la exposición a las situaciones sin dar las respuestas de evitación.

Tratamiento de la ansiedad

El tratamiento de la ansiedad que ha mostrado su eficacia empíricamente es la exposición, ya sea gradual o no, en vivo o en la imaginación. Se puede ampliar la información de cómo se hace la exposición en esta página sobre los diversos tipos de desensibilización.

Por lo anteriormente mencionado en la exposición hay dos factores: la situación que provoca la ansiedad y la propia sensación de ansiedad que puede ser determinante para que se dé la reacción conductual que va en contra de los intereses del paciente. En consecuencia, como parte del tratamiento hay que considerar la posibilidad de inducir sensaciones asociadas a la ansiedad en contexto seguro para hace la exposición, para que el paciente pueda estar entrenado para enfrentarse a la situación sin caer en una lucha inútil contra las sensaciones de ansiedad.

Los siguientes elementos son medios para inducir determinadas sensaciones que se pueden estar dando en la trastorno de ansiedad.

  1. Girar la cabeza: induce mareos y desorientación
  2. Correr en el sitio: incrementa la tasa cardiaca y el sudor)
  3. Hiperventilación: mareo, incremento de la tasa cardiaca, se acorta la respiración
  4. Restricción de la respiración, respirando en una bolsa: asfixia, falta de aire.
  5. Producirse náuseas.
  6. Observar el equilibrio: mareo, inseguridad.
  7. Visión periférica: hipervigilancia, despersonalización, irrealidad.
  8. Mirarse durante más de dos minutos al espejo: sensación de irrealidad o despersonalización
  9. Aumento de temperatura: sudores.
  10. Sonrisa forzada: rubor.
  11. Inducción general poniendo al sujeto en situación temida llevando su atención a las propias sensaciones

Fusión-Defusion con el pensamiento

La fusión con el pensamiento se define como el predominio de las funciones verbales del estímulo sobre el resto de las funciones. Es decir, cuando lo que determina la reacción conductual que tenemos ante la presencia del estímulo son nuestros pensamientos sobre él y no otros aspectos como su forma, el contexto en el que aparece, etc.

La automatización del pensamiento en la fusión.

Una de las características más potentes de nuestra conducta es la automatización, que se da con la repetición. Un ejemplo claro es la automatización que se produce en el aprendizaje de la conducción. Cuando pensamos la automatización ocurre como en cualquier otra conducta, en consecuencia, nuestros pensamientos se vuelven automáticos, es decir, inconscientes, y solamente sabemos que los hemos tenido por la reacción física que han provocado. Aparece entonces un silogismo que lleva a una fusión muy potente con el pensamiento:

  1. Un pensamiento produce una sensación
  2. Ese pensamiento se automatiza, se hace inconsciente  y solo sentimos la sensación que produce
  3. La prueba más irrefutable de que algo es real es porque lo sentimos, o sea sabemos que una sensación supone una realidad física incontestable
  4. Respondemos al pensamiento como si fuera una realidad incuestionable

Cuando pensamos en una situación que tememos, imaginamos la ansiedad que nos va a provocar. Si nuestra conducta en el momento en que lo pensamos, está de acuerdo con la ansiedad terrible que pensamos que nos va a provocar y no con la que realmente estamos sufriendo en el presente, se ha producido la fusión con el pensamiento más típica en los trastornos de ansiedad.

Defusion

El proceso más potente de defusion consiste en sentir la sensación, pensar que puede ser real y no seguir el impulso que nos elicita.

Para no seguirlo, hay que identificar las reacciones automáticas que implica el impulso, ser conscientes de ellas pasivamente. Otras veces es más fácil y basta la orden al “inconsciente”, es decir, dejar de hacer voluntariamente.
Esto nos lleva a percibir el pensamiento como lo que es: una construcción de nuestra mente.
Otros procesos que llevan al mismo resultado consisten en ver el pensamiento desde otro punto de vista: cantándolo, diciéndolo con otra voz, etc.

La terapia de aceptación y compromiso en la ansiedad

El tratamiento más potente que actualmente existe para los trastornos de ansiedad es la terapia de aceptación y compromiso. Existen ya cerca de 1000 ensayos clínicos aleatorizados que demuestran su validez para el tratamiento de un número amplio de problemas relacionados con la ansiedad y el estrés. Hay alguna indicación de que es mejor de la terapia cognitivo conductual clásica en algunos entornos; pero también hay datos de que puede ser mejor la terapia cognitivo conductual clásica en problemas de ansiedad menores.

Lo que es más importante para el progreso de la investigación en la terapia, hay evidencia de que los cambios se deben a los procesos primarios sobre los que actúa esta terapia.

Información adicional en Psicoterapeutas.com sobre la ansiedad y su tratamiento

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