Tratamientos del trastorno obsesivo compulsivo

por Dr. José Antonio García Higuera

Página que explica los distintos tratamientos del trastorno obsesivo compulsivo: medicación y terapia cognitivo conductual, con los últimos avances de la terapia de aceptación y compromiso

Tratamientos eficaces del trastorno obsesivo compulsivo

El trastorno obsesivo compulsivo es el cuarto en frecuencia de los trastornos mentales, después de las fobias, las adicciones y la depresión. En la mayoría de los casos los primeros indicios del trastorno obsesivo compulsivo empiezan ya en la infancia. Así vemos manías, perfeccionismo o rituales en niños pequeños. Su desarrollo, si no se trata, es crónico aumentando las obsesiones y compulsiones con el tiempo, generalmente asociados estos incrementos a eventos estresantes que se dan en el progreso normal de la vida (pérdidas, desgracias, paro, enfermedades, etc.) (Makarian y otros, 2010).

A pesar de la gravedad del problema y de la discapacidad que genera, solamente entre un 35% a un 40% de las personas con trastorno obsesivo compulsivo busca tratamiento y solamente menos de un 10% recibe un tratamiento basado en la evidencia (Hannah C. Levy, Carmen P. McLean, Elna Yadin, Edna B. Foa, (2013))

Hay dos tratamientos que se han mostrado eficaces en el trastorno obsesivo compulsivo: el farmacológico y la terapia cognitivo conductual.

Tratamiento farmacológico del trastorno obsesivo compulsivo

Se basa en la utilización de antidepresivos ya sean los clásicos triciclícos o los más modernos inhibidores de la recaptación de la serotonina. Estos últimos tienen una eficacia de mejora en el 40 al 60% de los pacientes y con unos efectos secundarios que son, generalmente, asumibles. Uno de los más corrientes de estos efectos es su efecto en la sexualidad, porque provoca inhibición y dificultades en alcanzar el orgasmo. Los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina ISRS, son los únicos medicamentos aprobados por la administración del medicamento americana para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo. Aunque muchos pacientes mejoran, pocos logran reducir al mínimo sus síntomas con un tratamiento exclusivo de ISRS (Simpsons y otros, 2013) para los pacientes que no mejoran o que necesitan un tratamiento complementario estos autores recomiendan la terapia cognitivo conductual.

Otras limitaciones del tratamiento farmacológico son que hay muchos pacientes que no responden a él y que cuando se deja la medicación el trastorno vuelve independientemente del tiempo que se haya estado tomando. Con lo que una sustancial proporción de pacientes tratados solo con medicación, tienen que plantearse la toma de medicación durante toda su vida (Makarian y otros, 2010).

Tratamiento cognitivo conductual del trastorno obsesivo compulsivo

Además del tratamiento farmacológico el tratamiento cognitivo conductual, que es compatible con él, ha demostrado una eficacia similar o superior y con menor índice de recaídas.

Como trastorno de ansiedad que es, el tratamiento cognitivo conductual consiste en la exposición a lo que se teme (pensamiento o realidad) con la prohibición de realizar conductas de evitación, en este caso rituales neutralizadores, de forma que el paciente se arriesgue a sentir la ansiedad. La aceptación de la ansiedad que se siente es un proceso que ayuda en el tratamiento.

Pese a su eficacia demostrada, este tratamiento presenta algunos problemas que están siendo afrontados: se dan a menudo las recaídas y un número no desdeñable de pacientes no finalizan el tratamiento porque el método, la exposición con prevención de respuesta, es duro para el paciente y exigente para el terapeuta.

Aportaciones de la terapia de aceptación y compromiso

La tercera generación de la terapia cognitivo conductual, en concreto la terapia de aceptación y compromiso, propone cambios en determinados aspectos del tratamiento que logran que el número de abandonos sea mucho menor. Ello es debido a que el objetivo que tiene el paciente no es eliminar la ansiedad. Lo que pretende es conseguir la flexibilidad psicológica necesaria para que la ansiedad no interfiera en su vida. Es decir, ni en sus objetivos, ni en sus intereses ni en sus valores. Así se consigue que el paciente se involucre de forma más personal e intensa. Porque los cambios que hace los realiza no van solamente dirigidos a la extinción o habituación de la ansiedad. Lo cual supone para el paciente cambios profundos en la aceptación de las sensaciones de ansiedad, el descubrimiento y el compromiso con sus intereses y valores, y una ampliación del concepto de sí mismo.

Hay ya pruebas que indican que los cambios terapéuticos que se dan en la terapia consiguen que el paciente se exponga más motivado y que las recaídas serán menores.

Se han estudiado los efectos que se consiguen con la combinación de los tratamientos farmacológico y cognitivo conductual y los estudios que existen hasta este momento indicar que el tratamiento combinado no da mejores resultados que cada uno por su lado. Aunque hay nuevas investigaciones que han encontrado indicios de algún medicamento que mejora la velocidad inicial de la exposición, que es el tratamiento psicológico de elección para el trastorno obsesivo compulsivo (Chasson y otros, 2010).

2/12/2013

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