Los tics. Características, causas y diagnóstico
Encontrarás en esta página las características generales de los tics, sus posibles causas y los criterios diagnósticos que se tienen que cumplir para ser considerados un trastorno psicológico que necesita tratamiento.
Un tic es una vocalización o un movimiento motor súbito, rápido, recurrente, no rítmico, estereotipado (APA, 2013)
Características de los tics
Los tics se clasifican como movimientos involuntarios, pero que están situados en el límite entre los voluntarios e involuntarios. Generalmente se experimentan como involuntarios, pero se pueden suprimir voluntariamente durante diferentes períodos de tiempo.
Los tics pueden ser simples o complejos. Se consideran motores simples si son de duración corta (es decir, milisegundos) y pueden incluir el parpadeo de los ojos, encogimiento de hombros y la extensión de las extremidades. Los tics vocales simples consisten en carraspear, olfatear y gruñir, muchas veces por contracción del diafragma o de los músculos de la orofaringe.
Motores complejos si tienen una duración más larga (es decir, segundos) y muchas veces consisten en combinaciones de tics simples, como girar la cabeza y encoger los hombros simultáneamente.
Los tics complejos pueden parecer intencionados. Como los gestos sexuales u obscenos (copropraxia), o las imitaciones de los movimientos de otro (ecópraxia). Además, los tics vocales complejos consisten en repetir los sonidos o palabras de uno mismo (palilalia), repetir la última palabra o frase que se haya escuchado (ecolalia) o decir palabras socialmente inaceptables, como obscenidades o insultos étnicos, raciales o religiosos (coprolalia).
Es importante señalar que la coprolalia es algo que se expresa como un ladrido o un gruñido abrupto, y que carece de la prosodia del habla inapropiada similar que se observa en las interacciones humanas (APA, 2013).
Epidemiología de los tics
Los tics son frecuentes en la infancia, aunque transitorios en la mayoría de los casos. La prevalencia estimada del trastorno de La Tourette varía entre el 3 y el 8 por 1000 en los niños de edad escolar. La frecuencia del trastorno en los varones es entre el doble y cuatro veces mayor que en las mujeres (APA, 2013). Muy frecuentemente este problema se da simultáneamente con otros trastornos psicológicos como el obsesivo compulsivo o el déficit de atención, que son los más frecuentes. Aunque también aparece junto a muchos otros. Estos trastornos no se pueden considerar causas de los tics, sino que ocurren simultáneamente.
Causas de los tics
Los estudios indican que existe una vulnerabilidad genética para el trastorno de La Tourette. Hay que tener en cuenta que la vulnerabilidad indica una predisposición a desarrollar el problema, no es una causa. Son necesarios otros factores ambientales, perinatales, etc. para que se desarrolle. La posición actual es que en la genética que predispone a desarrollar un trastorno de tics intervienen varios genes (Mathews & Stern, 2016).
En cuanto a otros factores fisiológicos que se han estudiado, algunos estudios han asociado la aparición de un trastorno de tics a un exceso de dopamina; pero no hay, hoy en día, evidencia clara de que esta sea la causa del trastorno (Mathews & Stern, 2016).
Lo que está demostrado es que factores ambientales como situaciones de ansiedad, estrés, aburrimiento, impaciencia, falta de satisfacción, frustración, etc. se asocian al comienzo de este trastorno o lo agravan notablemente. La mera presencia del trastorno de tics genera una gran ansiedad, formándose un círculo vicioso que mantiene el problema.
Concluyendo, seguramente hay factores genéticos y fisiológicos que predisponen al desarrollo de este trastorno y está comprobado que los factores psicológicos como la ansiedad o la frustración, intervienen de forma decisiva en su mantenimiento.
Factores psicológicos
Un factor psicológico fundamental es un impulso premonitorio que sienten la mayoría de pacientes (Brandt et al., 2016). Estos pacientes experimentan sus tics como respuestas a una sensación desagradable precedente que consiste en un impulso premonitorio de que se va a dar el tic. Cuando se permite la expresión del tic aparece un alivio del malestar asociado al impulso (Ganos et al., 2015; Brandt et al., 2016). Lo que indica que el mantenimiento de los tics se puede deber a este alivio, que constituye un refuerzo.
Diagnóstico: Cuando son un trastorno psicológico
Se considera que los tics son un trastorno psicológico cuando producen un deterioro en la vida laboral o social de la persona o un gran sufrimiento. Su presencia se diagnostica como trastorno psicológico cuando se cumplen una serie de criterios que se listan a continuación (APA, 2013).
Criterios del DSM-V para el diagnóstico de trastorno de tics crónico
- A. Los tics motores o vocales únicos o múltiples han estado presentes durante la duración del problema, pero no ambos a la vez.
- B. Los tics pueden aparecer intermitentemente en frecuencia, pero persisten durante más de un año desde la aparición del primer tic.
- C. Comienza antes de los 18 años. Si se inicia después de los 18 años hay que especificar esta peculiaridad.
- D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., cocaína) o a otra afección médica (por ejemplo, enfermedad de Huntington, encefalitis posvírica).
- E. Nunca se han cumplido los criterios de trastorno de La Tourette.
Algunos autores como K. O’Connor (2005) consideran que el trastorno de La Tourette y el trastorno de tics comparten una serie de características que se pueden situar dentro de un continuo de gravedad.
Trastorno de Gilles de la Tourette, diagnóstico
El trastorno de La Tourette se diagnostica cuando el individuo tiene múltiples tics motores y vocales que han estado presentes durante al menos 1 año y que tienen un curso sintomático fluctuante.
Criterios diagnósticos del DSM-V para el trastorno de La Tourette
- A. Los tics motores múltiples y uno o más tics vocales han estado presentes en algún momento durante la enfermedad, aunque no necesariamente de forma concurrente.
- B. Los tics pueden aparecer intermitentemente en frecuencia, pero persisten durante más de un año desde la aparición del primer tic.
- C. Comienza antes de los 18 años.
- D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., cocaína) o a otra afección médica (p. ej., enfermedad de Huntington, encefalitis posvirica).
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20/8/2016