El hexaflex

por higuera
El hexaflex Los procesos básicos de la terapia de aceptación y compromiso.

El hexaflex es una imagen que muestra los procesos básicos de la terapia de aceptación y compromiso.

El hexaflex resume los procesos básicos que emplea la terapia de aceptación y compromiso. Esta terapia es la más extendida y validada científicamente de las terapias cognitivo-conductuales de tercera generación. Fundamentalmente, propone la flexibilidad psicológica como una característica necesaria para la salud mental.

La flexibilidad psicológica es nuestra capacidad de estar atentos a lo que está influyendo en nosotros; abiertos a todas nuestras experiencias incluso a las que son desagradables y cesar de hacer conductas que no nos llevan hacia lo que nos interesa y realizar los comportamientos que nos llevan hacia lo que realmente nos preocupa, nos gusta y nos motiva a largo plazo.

Los procesos básicos de la conducta

La terapia de aceptación y compromiso propone 6 procesos fundamentales que deben tener características especiales para obtener la flexibilidad psicológica. Son 6 procesos que se realizan de forma automática y constantemente. Los llamaremos procesos básicos porque participan en todas las conductas del ser humano con lenguaje.

El Hexaflex: los procesos básicos de la terapia de aceptación y compromiso

Se suelen representar en la siguiente figura, conocida como hexaflex. Toda conducta se puede analizar desde cada uno de los procesos básicos que están en los vértices.

Toda conducta se puede analizar desde cada uno de los procesos básicos que están en los vértices para determinar si nuestra conducta tendrá flexibilidad psicológica. La figura muestra en cada vértice un proceso básico y debajo su característica necesaria para que la conducta tenga flexibilidad psicológica.

Descripción de los procesos básicos

Los procesos básicos no son independientes entre sí. Son conductas y, como tales, en cada uno de ellos encontramos los demás procesos y a él mismo. El hexaflex es una imagen que explica esta recurrencia al incluir las líneas que unen los vértices.

Se pueden considerar dos partes en el hexaflex, una de mindfulness y otra de autodeterminación

Atender

Constantemente estamos recibiendo innumerables estímulos que proceden tanto del exterior como del interior de nuestro cuerpo.Cuando atendemos, generalmente, seleccionamos de entre todos los estímulos que percibimos los que consideramos relevantes en la situación que estamos y los objetivos que tenemos. Es más, los que no consideramos relevantes los ignoramos. Hay muchos ejemplos en Internet. Un ejemplo, puede verse en este vídeo en YouTube.

Considerar si un estímulo es relevante o no supone una evaluación que depende del contexto y de nuestros intereses y deseos. Atender es un proceso interactivo. Porque vamos buscando los estímulos presentes que van completando o complementando lo que ya hemos percibido (Eagleman, 2013).

Una característica importante de este proceso es la libertad que tenemos de poder seleccionar y poner en el foco de nuestra atención cualquier estímulo que esté a nuestro alcance (Feldman-Barret, 2017). Junto con una gran dificultad de sacar de nuestra mente, voluntaria y conscientemente los estímulos que están presentes, cuando deseamos no percibirlos.

Las consecuencias importantes son que podemos seleccionar libremente los estímulos presentes que nos interesan y tenemos que aceptar percibir lo que no deseamos, porque si luchamos por no percibirlos, aumenta la probabilidad de convertirse en el centro de nuestra conducta (Wegner, 1994).

La flexibilidad psicológica nos exige la capacidad de vivir el presente, es decir, atender a los estímulos que estamos percibiendo en el momento y que nosotros decidamos que es relevante.

El entrenamiento de este proceso consiste en ejercicios de concentración, como el clásico de centrarse en el aire que entra y sale del cuerpo.

Sentir

Otro proceso básico es sentir. El resultado son las sensaciones que percibimos en el cuerpo. Pueden provenir del impacto que tienen en nosotros los estímulos externos que nos rodean. También hay que considerar las sensaciones procedentes del estado de nuestro cuerpo. Son producto de la propiocepción o interocepción (Chen et al, 2021).

Pero las sensaciones más importantes son las que acompañan a un impulso que nos lleva a actuar.

El afecto nuclear

Feldman-Barret,( 2017) define el afecto nuclear como “la sensación general de sentir que experimentamos a lo largo de cada día. No es una emoción, sino una sensación mucho más simple con dos características. La primera es una evaluación que determina  si la sensación es agradables o desagradable, lo que se conoce como valencia». La segunda característica del afecto es lo tranquilos o excitados que nos sentimos, la activación”. Aunque es bidimensional, es una única sensación (Russell, 2009),

Cada vez que llevamos nuestra atención al cuerpo, encontramos el afecto nuclear, bien sea porque lo estamos generando constantemente (Feldman-Barret, 2017) o porque lo generamos al llevar al cuerpo nuestra atención.

Para conseguir la flexibilidad psicológica necesitamos ser capaces de aceptar incondicionalmente cualquier sensación que sintamos, por muy desagradable que nos resulte y por la extrema que sea la activación con que nos aparezca.

Pensar

Un tercer proceso es pensar. Según la teoría de los marcos relacionales, el pensamiento se desarrolla en el lenguaje. Cuando pensamos establecemos relaciones arbitrarias entre los estímulos. Decimos que pueden ser arbitrarias porque no están limitadas por sus características físicas objetivas. Así podemos decir que la moneda de 10 céntimos vale más que la de 5 céntimos, aunque esta sea más grande.

El lenguaje puede cambiar la función del estímulo, cuando lo incluimos en una relación. Por ejemplo, si damos un nombre arbitrario a algo y esa palabra toma características de lo nombrado y nos influye en nuestra conducta de manera similar. Por ejemplo, llamamos limón a una fruta y pensando en un limón podemos llegar a salivar como si el limón estuviera presente. La palabra relacionada elegida arbitrariamente en cada idioma, hasta cierto punto, ha adquirido una función de la fruta real.

Nuestra mente

Cuando hablamos de “mente” lo hacemos metafóricamente, porque no nos referimos a una estructura mental que piensa por nosotros, sino que, cuando hablamos de “la mente” nos referimos a nosotros mismos como personas que estamos pensando.

Pensamos con el objetivo de establecer la mejor conducta posible para conseguir lo que nos interesa con el menor esfuerzo. Para ello, desarrollamos los pensamientos partiendo de nuestra experiencia anterior, de la evaluación de la situación presente y de la estimación de nuestras capacidades en ese momento. Con ello buscamos la conducta más adecuada que con el menor gasto energético posible nos dé el mejor resultado que podemos extrapolar. (Feldman-Barret, 2017).

Con su repetición, los pensamientos se automatizan, por tanto, se hacen inconscientes y solo los percibimos por sus efectos, que son las sensaciones y conductas que aparecen de forma automática.

Decimos que nos fusionamos con un pensamiento, cuando seguimos lo que nos dice, aunque sea negativo a largo plazo para nosotros.

Para comportarnos con flexibilidad psicológica hemos de tener la capacidad de defusionarnos de nuestro pensamiento. Lo hacemos a través de un proceso de descentramiento (Bernstein et al. 2015), que nos permite ver al pensamiento como lo que es: un proceso psicológico y no como una realidad incuestionable.

Toma de perspectiva: nuestro yo

Otro proceso básico es el de toma de perspectiva, implícito en la definición de nuestro yo en un proceso de autoconciencia.

Según Skinner la autoconciencia se puede definir como una reacción a nuestra propia conducta. Cuando la reacción es verbal, utilizamos siempre la palabra yo. (Hayes et al, 2001)

La terapia de aceptación y compromiso considera el yo como una conducta: la de utilizar la palabra yo social e individualmente.

Empezamos a construir nuestro yo cuando, con tres o cuatro años, tomamos conciencia de que no sentimos lo mismo que los demás, de que nuestros pensamientos no son los mismos. Los demás nos refuerzan estas percepciones y vamos teniendo un reconocimiento social de que somos una entidad social.

Características de nuestro yo

Lo construimos en la forma en que nos presentamos delante de todas las personas con las que nos relacionamos y queremos que nos acepten. También cuando reflexionamos sobre nosotros mismos. De esa manera vamos incluyendo en nuestro yo nuestras formas de pensar, nuestras creencias, nuestros roles sociales, nuestra historia, nuestras reacciones emocionales ante determinadas situaciones, etc.

Tratamos de mantener la misma narrativa en los mismos contextos por temor a que, si la cambiamos, nos arriesgamos al rechazo del grupo. Por eso, conceptualizamos el yo como una entidad existente dentro de nosotros y no como el fruto de una conducta. Se conoce entonces como “yo como contenido”. Incluye las características que mantenemos socialmente por las que recibimos refuerzos.

Una característica importante es que el uso de la palabra yo lo hacemos desde una única perspectiva espaciotemporal: “aquí y ahora”. Aunque nos refiramos a nosotros en el pasado o en el futuro o cuando estábamos en otro sitio, cuando empleamos la palabra, estamos haciéndolo “aquí y ahora”. Por eso es fundamental el proceso de toma de perspectiva temporal y espacial en la construcción de nuestro yo.

La capacidad de cambiar de perspectiva flexibiliza nuestro yo. Cualquier conducta que hagamos la realizamos aquí y ahora. Pero con la capacidad de cambiar la perspectiva podemos imaginarla en otras circunstancias, en otro tiempo, en otro lugar. También podemos verla desde el punto de vista de otra persona. Esta flexibilidad en la toma de perspectiva se considera un elemento fundamental en la construcción del yo y en la flexibilidad psicológica.

Evaluar

Otro proceso básico es evaluar. Estamos constantemente evaluando el contexto en el que nos encontramos, junto con nuestra situación corporal y anímica y la posibilidad que tenemos de actuar de la mejor manera posible con el menor gasto energético. Lo hacemos automáticamente y el resultado aparece resumido en el afecto nuclear. (Feldman-Barrett, 2017)

Cómo aprendemos a evaluar

Cuando somos pequeños antes de hablar aprendemos a evaluar por condicionamiento evaluativo que hace que traslademos la evaluación de un estímulo conocido a otro desconocido, solamente por aparecer juntos, aunque no seamos conscientes de su proximidad (De Houwer y Hughes, 2020). Es un concepto conductual que coincide con el cognitivo de “Priming” (Chartrand y Bharg, 1996)

El aprendizaje del lenguaje incluye marcos relacionales de comparación. Los adquirimos cuando nuestros cuidadores emplean palabras como bueno o malo, lo que está bien o lo que está mal, lo que es mejor o es peor, etc. Cuando emplean esas palabras, asociamos el contexto en el que lo hacen con sus conductas y las consecuencias de ellas.

Cuando somos más mayores nos impacta cualquier información evaluativa que nos den. Por ejemplo, cuando nos dicen que una Coca Cola es mejor que una Pepsi cola, tendremos evaluar a la Coca Cola por encima de la Pepsi cola, aunque no las hayamos probado.

El refuerzo inmediato y los valores

La evaluación automática e inmediata de los resultados de nuestro comportamiento influye de una manera determinante en nuestra conducta futura. Sin embargo, los seres humanos con lenguaje también podemos evaluar el posible resultado de nuestra conducta a largo plazo. Nuestro pensamiento nos lo puede adelantar. Esta predicción es parte fundamental de nuestro pensar.

Tenemos la posibilidad de imaginar resultados de nuestras conductas a muy largo plazo. Usando esa capacidad. definimos nuestros valores como consecuencias deseadas a largo plazo que nunca se van a alcanzar deltodo. Por ejemplo, como acabar con el hambre en el mundo o hacer feliz a nuestra pareja. Son deseos que siempre estarán presentes y nos motivarán para actuar.

Los valores también se pueden considerar como cualidades de nuestra conducta, que son reforzantes en sí mismas. Realizarlas es ya reforzante sin que importe el resultado que tengan. Podemos ser sinceros, aunque serlo no nos reporte ningún beneficio, si creemos que la sinceridad es necesaria para unas relaciones de amistad o de amor.

La teoría de la autodeterminación (Deci y Ryan, 2008) ha demostrado que fijar nuestros valores a largo plazo es uno de los anhelos más importantes del ser humano y es un proceso motivante en sí mismo y fundamental en la flexibilidad psicológica.

Actuar decididamente

El último proceso que mencionamos es la determinación en la acción willingness en inglés.

Cuando actuamos conscientemente, procedemos a tomar la decisión y la llevamos a cabo con un cierto grado de determinación, es decir, con un cierto compromiso. Para tener flexibilidad psicológica hemos de comprometernos por completo y realizar la conducta con determinación absoluta, es decir, completamente decididos y sin mirar atrás lo que en la terapia de aceptación y compromiso se conoce como acción comprometida.

Al yo le damos la característica de agente, es decir, de origen de nuestras conductas. Es debido a que verbalmente siempre precede a la conducta que realizamos, y concebimos como causa de algo, aquello que lo precede sistemáticamente (Schlottmann y Shanks.1992).

En el yo como contenido juegan un papel importante nuestras intenciones y deseos, porque en las relaciones sociales son las que definen nuestra personalidad (Salas, Luciano., & Becerra, 2002).

La teoría de la autodeterminación

La teoría de la autodeterminación propone que han de cubrirse tres necesidades psicológicas básicas para ser felices que influyen de manera decisiva en nuestro yo:.

  • Autonomía: Sentirse en control de sus propias acciones y decisiones.; es decir, el yo agente.  Lo sentimos cuando nuestros deseos e intenciones se cumplen y nos dan una sensación de control sobre nuestra conducta.
    • Los deseos son resultados esperados de nuestra conducta. Que se convierten en intenciones cuando atribuimos a una persona haber adelantado conscientemente el resultado de su conducta
  • Competencia: Sentirse eficaces y capaces de alcanzar sus objetivos. Lo sentimos dependiendo de los refuerzos que recibimos refuerzos de los demás y de comprobar que podemos hacer la conducta que hemos previsto.
  • Relación: Sentirse conectados y apoyados por otros. Es una necesidad vital cuando somos pequeños y los continúa siendo fundamental durante toda nuestra vida

Estas tres visiones de nuestro yo: A) agente, B)relación y C) autonomía están recogidas en la teoría de la autodeterminación. Esta postula que para que las personas se sientan motivadas y alcancen su máximo potencial, deben satisfacer tres necesidades psicológicas básicas.

Referencias

Barrett, L. F. (2006). «Solving the emotion paradox: Categorization and the experience of emotion.» Personality and Social Psychology Review, 10(1), 20-46. DOI: 10.1207/s15327957pspr1001_2.

Barrett, L. F. (2017). How Emotions Are Made: The Secret Life of the Brain. Houghton Mifflin Harcourt.

Bernstein, A., Hadash, Y., Lichtash, Y., Tanay, G., Shepherd, K., y Fresco, D. M. (2015). Decentering and related constructs: A critical review and metacognitive processes model. Perspectives on Psychological Science, 10(5), 599-617.

Chartrand, T. L., & Bargh, J. A. (1996). Automatic activation of impression formation and memorization goals: Nonconscious goal priming reproduces effects of explicit task instructions. Journal of personality and Social Psychology71(3), 464.

Chen, W. G., Schloesser, D., Arensdorf, A. M., Simmons, J. M., Cui, C., Valentino, R., … & Langevin, H. M. (2021). The emerging science of interoception: sensing, integrating, interpreting, and regulating signals within the self. Trends in neurosciences44(1), 3-16.

De Houwer, J., and Hughes, S. (2020). Learning to like or dislike: revealing similarities and differences between evaluative learning effects. Curr. Dir. Psychol. Sci. 29, 487–491. doi: 10.1177/0963721420924752

Deci, E. L., & Ryan, R. M. (2008). Facilitating optimal motivation and psychological well-being across life’s domains. Canadian psychology/Psychologie canadienne49(1), 14.

Eagleman, D. (2013). Incógnito: las vidas secretas del cerebro. Anagrama.

Feldman-Barret, L. (2017) La vida secreta del cerebro. Cómo se construyen las emociones (texto completo 4/6/2024)

Frijda, N. H. (1986). The emotions. Cambridge University Press. New York.

Hayes, S. C., Barnes-Holmes, D., & Roche, B. (Eds.). (2001). Relational frame theory: A post-Skinnerian account of human language and cognition. Springer Science & Business Media.

Salas, S. V., Soriano, M. C. L., & Becerra, I. G. (2002). Consideraciones sobre el desarrollo de la personalidad desde un m arco funcional-contextual. International Journal of Psychology and Psychological Therapy2(2), 173-197.

Schlottmann, A., & Shanks, D. R. (1992). «Evidence for a Distinction Between Judged and Perceived Causality.» The Quarterly Journal of Experimental Psychology Section A, 44(2), 321-342.

Wegner, D. M. (1994). Ironic Processes of Mental Control. Psychological Review. 101,34-52

Otros artículos relacionados que te pueden interesar